Cirugía de juanetes: el eterno «ya casi»

No sé si se acuerdan (o si quieren acordarse, porque yo no 😮💨) de cuando les conté que fui a la cita con el cirujano, ese mismo que me dijo que en aproximadamente un mes me harían la cirugía de juanetes.
Pues adivinen qué…
Miércoles 11 de junio tuve la esperada cita con la anestesista. Todo bien, muy amable, me hizo la misma entrevista de siempre (la de “tienes alguna enfermedad”, “tomas algún medicamento”, “te han hecho alguna cirugía”, “alergias”, “historial familiar”, “te falta algo por confesar”… 😅).
Yo ya tengo ese cuestionario tan practicado que podría recitarlo en verso.
Me explicó todo lo que debía hacer el día antes de la cirugía: baño con jabón especial 🧼, ayuno de 6 horas mínimo 🍽️🚫, cero maquillaje (¡ni rímel! 😩), y demás cositas básicas.
Y justo cuando ya sentía que estábamos en la recta final, me suelta la frase bomba:
“Ahora solo falta que te llamen de administración para darte la fecha de la cirugía.”
😐 ¿¿¿CÓMO???
¿No se supone que esto ya estaba avanzadito? ¿No se suponía que era cuestión de días? ¿No habíamos quedado en “en un mes”?
Yo ya me había hecho la idea, estaba preparando mentalmente mi piecito izquierdo para el gran evento quirúrgico y… boom 💥, otra pausa.
Como buena insistente profesional, le pregunto cuánto más podría demorar eso, porque obvio necesito saber para poder quejarme con fundamento. Me responde con una paz envidiable:
“Depende de cuánta gente haya antes que tú… podrían ser tres semanas.”
🫠 Tres. Semanas. Más.
(Ah, mi queridísima paciencia… cuánto has sido puesta a prueba últimamente.)
Hoy, miércoles 18, una semanita después de esa cita con la anestesista y sin haber recibido ni una triste llamada 📵, decidí hacer lo que haría cualquier ser humano moderno: llamar yo.
Spoiler: fue una aventura.
Llamo a la clínica privada (esa donde se supone que ya está todo listo), y tras 35 minutos de escuchar música repetitiva y voces automáticas que me decían que era la siguiente en la cola (mentira)… me contestan.
¿Y qué me dicen? Que todavía falta que la Generalitat o la entidad pública correspondiente apruebe un documento (¿cuál? Ni idea 🤷♀️) para que puedan darme fecha.
Obvio yo insisto otra vez:
“¿Y eso cuánto se puede demorar?”
Y la respuesta fue una joya:
“Puede ser un mes, 15 días, o 2 días… no hay un tiempo estimado.”
¿QUÉEEEE?
¿Me están diciendo que tengo que esperar sin saber si será mañana o el año que viene? 😫
Estoy oficialmente al borde del colapso emocional, físico y podológico.
Mi pie ya se siente traicionado por el sistema 🦶💔.
Mientras tanto, solo me queda seguir esperando a que varios “alguien” decidan hacer su trabajo, aprueben el papelito misterioso, y me den por fin una bendita fecha.
Por ahora, lo único fijo es mi ansiedad. 😅