De infierno laboral a libertad: ¡Hola, nueva vida!

No sé cuántos de ustedes han vivido esto, pero imaginen la escena: estás en tu casa 🏡, tranquilita, sin pensar en nada raro 😌, y de repente… ¡pum! 💥 Te llega un WhatsApp de tu empresa:
“Mírate unos documentos en el e-mail y devuélvemelos firmados.”
Yo, inocente 🙄, abro el correo y… ¡BOOM! 💣 Carta de despido. Así, sin anestesia 😳. Ni “gracias por todo” ni “te queremos, pero…” 🙃 Nada. Solo: “Hoy fue tu último día, no vuelvas.”
Y yo, en vez de llorar 😭, pensé:
“¿Esto es un despido o un regalo del universo?” 🎁✨
La verdad detrás de mi sonrisa post-despido 😏
Porque seamos honestos: mi trabajo era lo más tóxico del mundo ☠️. Nivel: cuando le contaba a la gente cómo era el ambiente laboral, me miraban como diciendo:
“¿Y cómo sigues ahí, en el mismísimo infierno?” 🔥😬
Gracias, pero gracias de verdad 🙌
Lo que pasa es que aquí en España 🇪🇸 (y en muchos otros sitios), si renuncias por tu cuenta no te dan indemnización 💸 ni tienes derecho al subsidio por desempleo (el famoso paro 💤). Pero si te despiden… ¡ahí sí se abren las puertas del cielo y bajan los ángeles cantando “Aleluya”! 🎶👼
No les voy a mentir: llevaba días deseando que pasara 🙏. Estaba tan lista para irme, que hasta pensaba renunciar al día siguiente 😅. Pero el universo me hizo un favor ✨, y ahora estoy más feliz que nunca 😎🌟.
Y ahora, ¿qué sigue? 🤔
Lo que más me intriga es saber:
- ¿A quién más le ha pasado algo así, que el despido les cayera como una bendición disfrazada? 🎉
- ¿Fueron del club de los que se estresan 😖 o de los que se ponen a brindar? 🥂
- ¿Qué hacen mientras están en esa fase de “desempleo productivo”? 💡
Porque, ojo 👀, en mis próximas historias les voy a contar TODO lo que planeo hacer con este tiempo libre ⏳ (y no, no es solo dormir, aunque la tentación no falta 😴✨).