Dra. Dolores

Entre Bella Durmiente y drama queen: así fue mi cirugía

Ya pasó una semana desde que me operaron el juanete del pie izquierdo y, como se imaginarán, tengo varias cositas que contar…

No sé si alguno de ustedes ha pasado por todo el proceso de una cirugía, pero para mí esto ha sido una chocoaventura completa. Desde los trámites infinitos hasta el día en el hospital.

Cuando me llamaron a programarla me dijeron que sería con anestesia local y no general. Y claro, yo estuve 24/7 pensando: ¿seré capaz de aguantar estando consciente? ¿No será demasiado para la reina del drama que llevo dentro? Pues… spoiler: no lo fui 🤣.

Llego al hospital, la chica de recepción me pregunta qué pie me van a operar y yo tipo 🤨 “¿acaso eso no debería estar en mi historial?” (me entró el miedo, no les voy a mentir).

Después ya estaba con mi bata de cirugía, en la camilla y sin mi esposo. Una enfermera llega, me canaliza la mano, me pide que me acueste de lado y… de ahí mis recuerdos empiezan a volverse difusos. Aunque no me pusieron anestesia general, soy muy sensible a los medicamentos y con el bloqueo casi que me noquearon por completo. Eso sí, recuerdo sentir cuando me empezaban a intervenir el pie, y mi plan maestro fue hacerme insoportable: llorar y “gritar” hasta que no tuvieron más opción que sedarme 🤭. Al final, yo feliz como la Bella Durmiente.

Desperté en recuperación medio mareada. La enfermera me repitió las indicaciones como tres veces, mirándome raro, como si yo estuviera ida. Yo solo pensaba: “señora, estoy bien, sí entendí, no hace falta repetirlo otra vez” 😂. El verdadero drama vino porque era la 1 de la tarde y yo llevaba horas en ayunas. Pedí agua a tres personas distintas y todas me miraron como si estuviera pidiendo champagne. ¡Solo quería agua, por favor! 💧 Finalmente, a las 4 pm llegué a casa y pude comer algo.

Ese mismo día, a las 6, mis amigas me sorprendieron con una visita llena de risas, comida rica y cero dolor. Un regalazo 🥰.

Los dos primeros días después fueron un infierno. Se suponía que ya podía apoyar el pie, pero dolía como nunca y pensé que jamás me recuperaría. Encima, me mandaron un medicamento inyectable y ahí nos ves investigando cómo funcionaba eso (Google, YouTube y tutoriales express).

Por suerte, los siguientes tres días fueron de maravilla 🙌. Avancé muchísimo: ya pude caminar sin muletas dentro de casa y empezar a recuperar mi vida normal.

Pero claro, no todo es color de rosa: al sexto día llegó el bajón. Dolor en todo el cuerpo: el pie, la espalda de caminar raro, las manos y los hombros de usar muletas, el abdomen de los pinchazos… ¡Estoy molida! 💀

Aún así, confío en que en los próximos días recuperaré energía y que todo este esfuerzo valdrá la pena para dejar atrás este dolor que me ha acompañado tanto tiempo.

Les seguiré contando cómo va mi recuperación 💕.

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